El desgarro muscular es una de las lesiones más frecuentes en quienes practican algún deporte de alto rendimiento, pero también en aquellos que solo practican actividad física en algunas ocasiones, como fines de semana.
El 60% de la población mundial no realiza el mínimo de actividad requerida para mantenerse saludable, ya que el músculo necesita el ejercicio para mantener su estructura en óptimo desempeño.
El sistema muscular en su conjunto puede considerarse el órgano más grande del cuerpo, representa aproximadamente el 25% a 30% del peso corporal en mujeres y el 40% a 50% en hombres.
¿Cómo ocurre un desgarro muscular?
Un desgarro es una distención o rotura de un músculo o tendón (cuerdas fibrosas de tejido que conectan el músculo al hueso), y ocurre cuando un músculo es sometido a un estiramiento exagerado, lo que genera dolor local muy intenso, inflamación y dificultad para movilizar la zona afectada.
“En deportistas, las lesiones musculares son más frecuentes y en la mayoría de los casos se trata de lesiones leves, pero pueden llegar a limitar la actividad deportiva si no presta atención a la causa del dolor”.
Las áreas más afectadas por esta lesión son los miembros inferiores, en músculos como:
- Gemelos (pantorrilla)
- Isquiotibiales (cubren la parte posterior del muslo y son los encargados de la flexión de la pierna)
- Cuádriceps, es el músculo más potente de todo el cuerpo. Ayuda a caminar, saltar, correr, bailar, nadar, y todo movimiento con las piernas. Está formado por cuatro partes: recto femoral, vasto medial, vasto lateral y vasto intermedio.
El desgarro muscular produce una sensación de pinchazo brusco al realizar el ejercicio y el dolor ya no permite continuar. También origina un hematoma días después del pinchazo, y el tiempo de recuperación varía entre 20 días o más, dependiendo de múltiples factores como el grado de gravedad de la lesión.
El momento donde se originó la lesión puede ser en el entrenamiento, competición o calentamiento (principio / final).
¿Cuándo acudir al especialista?
Si la inflamación es muy dolorosa y no cede, debes acudir al médico. En este caso la mejor vía para su tratamiento se determina por el conjunto de especialistas que traten la lesión: Ortopedia y Traumatología, Medicina Deportiva, Fisiatría y Rehabilitación, Cirugía General y Radiología; siendo esta última la especialidad que por medio de imágenes ayudará al resto del equipo con el diagnóstico.
La historia clínica del paciente y exploración física son claves para un correcto diagnóstico y manejo de estas lesiones, el tratamiento dependerá del tipo y localización de la lesión.
Causas de un desgarro muscular
- Falta de descanso o sobre entrenamiento
- Falta de calentamiento previo con la técnica correcta
- Malos hábitos alimenticios
- Déficit de hidratación
- Desigualdad de nivel respecto al adversario (deportes como tenis, futbol, …)
- Mala dosificación de ejercicio
- Superficies inadecuadas
- Material deportivo inadecuado
- La mala circulación, puesto que ocasiona falta de oxígeno en el músculo, causándole fatiga y lo hace deficiente ante el manejo de fuerza que actúa sobre el músculo.
- Estrés
Ultrasonido y Resonancia Magnética
Son los exámenes de elección y contribuyen a un diagnóstico más certero de la lesión, ya que el tratamiento dependerá del tipo de lesión encontrada en dichos métodos diagnósticos. Ya que el tratamiento dependerá del tipo de lesión encontrada a través de dichos métodos diagnósticos.
Ultrasonido
El ultrasonido es capaz de reconocer la arquitectura interna de los músculos, estudio de primera elección por su accesibilidad, sin embargo, tiene ciertas limitaciones con lesiones muy profundas.
Es un examen que determina de forma inmediata y además sirve como apoyo para procedimientos intervencionales como aspiración del hematoma e inyección de PRP (Plasma rico en plaquetas).
Resonancia magnética
Es la prueba que aporta más información, ya que muestra la afectación del tejido conectivo, por muy leve que sea, la localización exacta de la lesión, la distancia exacta entre el origen y el extremo distal de la rotura, el área de la sección transversal del músculo afectado; explora zonas extensas en una sola imagen.
Tipos de desgarro muscular
Si la lesión es muy dolorosa y la inflamación no cede es importante consultar al médico para evaluar y determinar su gravedad, recurrir al diagnóstico más preciso como lo es un ultrasonido o resonancia magnética y considerar el mejor tratamiento a seguir para una recuperación plena.
Grado 1
Cuando se rompen pocas fibras musculares, es considerada que el grado de lesión es leve. Puede resolverse tras varios días de reposo.
LESIÓN MUSCULAR GRADO I.
Normal
Fibras musculares homogéneas tanto en ultrasonido como en resonancia magnética.
Edema muscular
Hallazgos:
Incremento de la ecogenicidad de las fibras musculares en ultrasonido e incremento de señal de intensidad en secuencias de resonancia magnética.
Ruptura Fibrilar
Hallazgos:
Lesión de tipo lineal muy fina, con una longitud variable, pero con un grosor que no debería exceder los 2 mm.
Grado 2
Cuando se rompen varios fascículos musculares (conjunto de varias fibras) es considerada rotura parcial y/o moderada.
LESIÓN GRADO II, RUPTURA PARCIAL
Hallazgos:
Foco lesional de mayor tamaño y, asociado a edema de mayor extensión e intensidad, que mide de 3-4 cms o más.
Grado 3
Cuando la rotura del músculo es completa, es considerada rotura muscular grave. Requiere intervención quirúrgica y posteriormente tratamiento de rehabilitación.
LESIÓN GRADO III, RUPTURA COMPLETA
Hallazgos:
Foco lesional de mayor tamaño y, asociado a edema de mayor extensión e intensidad, que mide de 3-4 cms o más.
¿Cómo prevenir un desagarro muscular?
- Mantener una actividad física de forma regular, no esporádica.
- Mantener una hidratación adecuada, ya que durante la actividad física se pierde agua y sales.
- Si ha existido una lesión previa, es recomendable seguir las etapas del tratamiento. Cada etapa es muy importante para la regeneración, ya que el músculo sino está completamente recuperado puede volverse a romper.
- No excederse en la actividad a realizar, ya que un músculo fatigado no responderá bien a cambios de dirección o manejar con rapidez los estímulos aplicados durante el ejercicio. La frase “si no duele no sirve” es un claro ejemplo de la sobre exigencia a la que algunas disciplinas deportivas o de entrenamiento comprometen a los músculos, para ello es muy importante aplicar correctamente las técnicas de calentamiento antes y después.
- Un estiramiento muscular antes y después de la actividad física. El calentamiento debe incluir todas las articulaciones, iniciando desde la cabeza y bajar hasta llegar a los pies (cuello, hombros, codos, muñecas, tronco, caderas, rodillas, pies).
- Cindy López, Radióloga.
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